Rústica
Precio de venta €18,00 EUR
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«Lo que distingue a los camaradas de las personas politizadas y laboriosas es la energía propia del trabajo colectivo. Al combinar fuerzas, generan más de lo que cada uno podría generar si trabajara solo», sostiene Jodi Dean. En el siglo xx, millones de personas en todo el mundo se trataron entre sí como «camaradas». Ahora bien, en los círculos de izquierdas es más común oír hablar de «aliados» que de camaradas. En este ensayo, Dean insiste en que este cambio ejemplifica el problema clave de la izquierda contemporánea: la sustitución de una relación de pertenencia política por una identidad política que debe construirse, sostenerse y defenderse. En Camarada se ofrece una teoría para camaradas: los camaradas son iguales en el mismo lado de una lucha política y, al unirse voluntariamente por la justicia, su relación se caracteriza por la disciplina, la alegría, el coraje y el entusiasmo. Llamarse camarada y entenderse como tal implica igualarse ante el resto. Para hilvanar esta teoría, Dean recurre a ejemplos históricos y literarios como Harry Haywood, CLR James, Kollontai y Doris Lessing, inspirándose también en Dolores Ibárruri, Lenin, Bertolt Brecht o Angela Davis. «Si la izquierda está tan comprometida como afirmamos con el cambio radical, tenemos que ser camaradas.»
El agudo análisis de Jodi Dean de los impasses de la izquierda es también una especie de réquiem por gran parte de las fanfarronadas 2.0 de la última década.
Camarada: un nombre de guerra y una señal de amor. Uno que construya organización política y lucha, y que resucite de la tumba a los héroes caídos.