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El plan de Trump para Gaza: una solución colonial dos años de destrucción sistemática después

Una "solución" así, tras dos años de genocidio sistemático y después de 77 años de apartheid, desplazamientos, despojos y limpieza étnica continua, revela un profundo desprecio por la historia y los sacrificios palestinos, y un deseo de imponer una solución que menoscaba nuestros derechos fundamentales

Haidar Eid14 octubre 2025

El plan de Trump para Gaza: una solución colonial dos años de destrucción sistemática después

Dos años después del 7 de octubre, fecha que marca el inicio del genocidio en curso en Gaza, lo que tenemos sobre la mesa es el Plan para Gaza del presidente estadounidense Donald Trump, celebrado por el fugitivo de guerra israelí Benjamin Netanyahu, cuya guerra genocida contra Gaza no ha logrado ninguno de sus objetivos declarados, a saber, la rendición total del pueblo de Gaza o su aniquilación, como se ha dejado claro en más de una ocasión.

Navi Pillay, ex Alta Comisionada para los Derechos Humanos, que recientemente dirigió una investigación en Palestina como experta independiente de la ONU, ha señalado que la esperanza de vida media en Gaza ha descendido de 75,5 años a 40,5 años en un año.

¿Condenado por todas las principales organizaciones de derechos humanos, incluida B'Tselem de Israel, y un panel de la ONU?

Aunque ha sido aceptado, con condiciones, por la mayoría de las organizaciones políticas palestinas por razones obvias, es decir, dar un respiro a la población de Gaza, el plan de Trump para Gaza es un reciclaje de las políticas coloniales y paternalistas de Israel que durante mucho tiempo han ignorado el derecho fundamental de los palestinos a la autodeterminación, que es «inalienable, erga omnes e inderogable» según el derecho internacional.

La fecha de la declaración del plan, probablemente coescrito por su propio yerno, Jared Kushner, y el virrey británico Tony Blair, fue descrita, de forma narcisista, por el propio Trump como «uno de los días más grandes de la civilización», porque el plan había resuelto «problemas que se han prolongado durante cientos de años, incluso miles de años». Esto lo dice un presidente cuyo país ha proporcionado a Israel al menos 21 700 millones de dólares en ayuda militar desde el comienzo de la guerra de exterminio en Gaza hace dos años.

Un desprecio por las luchas palestinas

Un plan así, tras dos años de genocidio sistemático y después de 77 años de apartheid, desplazamientos, despojos y limpieza étnica continua, revela un profundo desprecio por la historia y los sacrificios palestinos, y un deseo de imponer una solución que menoscaba nuestros derechos fundamentales. Pero esta vez cuenta con la aprobación y el apoyo de los principales gobiernos árabes e islámicos, incluida la propia Autoridad Palestina.

El genocidio de palestinos en Gaza, retransmitido en directo, se ha cobrado la vida de cientos de miles de civiles, niños, mujeres y ancianos. De hecho, los datos de dos años de matanzas y destrucción revelan cifras espantosas.

Según las autoridades locales de Gaza, el número de muertos y desaparecidos desde el inicio del genocidio ha superado los 76 639, mientras que el número de heridos ha superado los 169 000. Sin embargo, estas cifras pueden ser significativamente inferiores a las reales, según una investigación de Reuters basada en varias fuentes, entre ellas cita un estudio que preparó para The Lancet a principios de este año. La investigación proponía que las estadísticas oficiales palestinas relativas a las muertes directas en la guerra de Gaza podrían estar infravaloradas en aproximadamente un 40%.

Israel ha destruido la mayor parte de Gaza, incluidos edificios, infraestructuras, hospitales, mezquitas, iglesias, escuelas y universidades, e incluso ciudades y campos de refugiados. El genocidio israelí incluye matar de hambre a los residentes (principalmente niños) de Gaza que Israel aún no ha asesinado. Durante su genocidio, Israel ha cometido todo tipo de crímenes de guerra imaginables, desde el desplazamiento forzoso hasta la limpieza étnica.

Tonos rosados

En sus declaraciones posteriores a la reunión con Netanyahu, el mandatario Trump se empeñó en dilucidar el nuevo plan estadounidense con tonalidades rosadas. Sin embargo, no vaciló en amenazar e intimidar a los palestinos colonizados y exterminados, demostrando además su total respaldo al genocidio Israel. Instó al poder genocida a «terminar el trabajo», es decir, a acabar con el genocidio lo antes posible. Le dio a Hamás «tres o cuatro días» para responder a su «plan de paz para Gaza» y advirtió que «pagaría en el infierno» si rechazaba el acuerdo.

Además, Trump intentó transformar al genocida Netanyahu de un criminal de guerra condenado por el derecho internacional en un «guerrero» y socio de Estados Unidos en la «construcción de la paz».

Por su parte, Netanyahu no dudó en mostrar sus garras contra el pueblo palestino en general y el pueblo de Gaza en particular, mostrando un entusiasmo similar por un plan que, de hecho, se ajusta por completo a su agenda personal, a pesar de haber sido declarado como una creación estadounidense.

Negociación tras negociación

Huelga decir que cada uno de los puntos del plan de 20 puntos requerirá sucesivas rondas de negociaciones y subnegociaciones, que serán infructuosas no solo por las contradicciones internas que se formulan de manera que dificultan su aplicación práctica, sino también porque el genocida Netanyahu y su Gobierno, el más derechista, racista y fascista de la historia del país, no dudarán en inventar obstáculos para la aplicación del plan.

También se revelarán los hechos que llevaron a la administración Trump a presentar este plan en este momento concreto, ya que Trump está desesperado por proporcionar todas las razones disponibles a su administración para asegurarse el Premio Nobel de la Paz.

Si esto ocurre, será la broma del siglo. Pero lo que más preocupa a Trump y Netanyahu son los cambios fundamentales en la opinión pública internacional sobre el apartheid israelí y su guerra de exterminio en la Franja de Gaza. También les preocupa mucho, y en cierta medida, la ola de reconocimientos de un Estado palestino por parte de muchas superpotencias, así como el fracaso estrepitoso de Israel a la hora de alcanzar cualquiera de los objetivos declarados por Netanyahu.

Sin embargo, lo que la genocida máquina de matar israelí no ha podido lograr desde octubre de 2023, no podrá imponer sobre el terreno mediante condiciones que pretenden aspirar a la «paz», sino que solo perpetuará la guerra israelí contra el pueblo palestino. Las potencias imperialistas han llegado a la conclusión de que «el viejo mundo está muriendo y el nuevo mundo lucha por nacer».

La polarización entre dos mundos nunca ha sido más evidente: el mundo de los gobiernos que representan a una minoría de élites políticas y sus aliados, y el mundo de los pueblos. Este último está de nuestro lado, el lado correcto de la historia.

Haidar Eid es un académico palestino-sudafricano. Es autor de Descolonizando la mente palestina. Este artículo ha sido publicado con el permiso de su autor.

Traducción de Simón Vázquez

Descolonizando la mente palestina
«Estoy de pie sobre las ruinas de una casa en la ciudad de Gaza, oteando el horizonte». Estas son las palabras iniciales de este libro, finalizado mediante mensajes de voz mientras Gaza, donde viv...

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