Kevin B. Anderson: «Debemos ver el mundo no solo como sustancia, sino también como sujeto»
Kevin B. Anderson ofrece una lectura renovada de Marx que integra las luchas anticoloniales, la cuestión nacional y la resistencia de pueblos no occidentales, desafiando las visiones eurocéntricas y economicistas del marxismo. Su trabajo muestra cómo Marx abordó temas como el racismo, el imperialismo y la autodeterminación desde una perspectiva crítica y compleja.

Kevin B. Anderson es un destacado teórico marxista cuyo trabajo ha enriquecido el análisis de la globalización, el colonialismo y la intersección entre raza, género y clase en el pensamiento de Karl Marx. Conocido por su influyente libro Marx en los márgenes, Anderson ha demostrado cómo el barbudo de Treveris no solo se preocupó por la lucha de la clase obrera europea, sino que también desarrolló una crítica profunda al colonialismo y a las sociedades no occidentales. Su obra conecta el marxismo con debates contemporáneos sobre la opresión y la emancipación, ampliando su alcance más allá de las interpretaciones economicistas tradicionales.
En la introducción a la edición en español de Marx en los márgenes, mencionas que el marxismo ha sido duramente atacado por los neoliberales, quienes han presentado a Marx como un pensador obsoleto. También respondes las críticas de Marx realizadas desde el banco socialista, las cuales señalan que, al centrarse en la explotación y la alienación de la clase trabajadora, minimizó, ignoró o incluso excluyó otras formas de opresión o dominación. ¿Podrías explicarnos “el otro Marx”, aquel que no solo es un pensador que se centraba en el trabajo y el capital, sino también en otras opresiones y dominaciones históricas?
Creo que esta es una de las críticas más extendidas que existen hoy en el ámbito intelectual, especialmente ahora que el neoliberalismo se encuentra en retroceso. Tenemos libros como Black Marxism de Cedric Robinson, donde se enfatiza la idea de que Marx no tenía nada relevante que decir sobre la mayoría de la población mundial o sobre las minorías étnicas en los países más desarrollados.
Por supuesto, esto no es del todo preciso, pero el problema radica en que muchas tradiciones marxistas han sostenido ideas similares. Un ejemplo infame es la declaración de Marx en su Crítica del Programa de Gotha, donde menciona que los seguidores de Lassalle afirman que, fuera de la clase trabajadora, todas las demás clases constituyen una "masa reaccionaria". Esto deja en una posición problemática a los campesinos y a quienes no trabajan en fábricas, como los vendedores ambulantes, que son etiquetados como pequeños burgueses, al igual que los campesinos.
Esto generó un problema real dentro del desarrollo del marxismo y el socialismo, especialmente en países como Alemania. Aunque no se encuentra realmente en Marx o Lenin, la forma en que se desarrolló el marxismo dejó esta cuestión sin resolver. Y ahora estamos viendo las consecuencias de ello.
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¿Qué caracteriza los trabajos tardíos de Marx y qué los hace tan importantes? En tu libro, argumentas que los cuadernos de notas de Marx formaban parte de una búsqueda de nuevas temáticas revolucionarias en un momento en que el movimiento obrero de Europa occidental estaba debilitado tras la derrota de la Comuna de París en 1871.
En el libro desarrollo la noción de que existen nuevas formas de resistencia al capital. La versión más explícita de esto se encuentra en sus escritos sobre la comuna rural rusa, pero el argumento central del libro es que Marx tenía una visión más amplia: se pueden encontrar estructuras similares en India, América Latina y África.
Otro aspecto clave es la idea de que quizás sea posible evitar el capitalismo o, al menos, esquivarlo parcialmente. No todos los países tienen que pasar obligatoriamente por el mismo proceso de acumulación primitiva que sufrió Inglaterra. En la edición francesa de El Capital, Marx modifica algunos pasajes para reflejar esta perspectiva, creando un modelo multilineal en lugar de un modelo unilineal de la historia y del desarrollo social.
¿Cuál es la conexión entre los trabajos de Marx y Engels sobre Irlanda y Polonia y sus obras tardías?
Después de la publicación de El Capital en septiembre de 1867, se produjeron levantamientos y luchas armadas en Irlanda y Gran Bretaña. Durante los primeros años de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT), Irlanda fue una de las principales cuestiones que se discutieron. Sin embargo, hacia 1870-71, la efervescencia del movimiento irlandés disminuyó.
Hacia el final de la vida de Marx, en Rusia se estaba gestando lo que se conocería como el movimiento populista, que llevó a cabo asesinatos entre los altos funcionarios del gobierno. Algunos de sus miembros leían a Marx y mantenían correspondencia con él. Entre ellos estaban no solo los activistas políticos que atacaban al gobierno, sino también intelectuales interesados en la antropología. De hecho, fue el intelectual ruso Maksim Kovalevsky quien introdujo a Marx en los estudios del antropólogo Lewis Henry Morgan. Existía un intenso diálogo con los intelectuales rusos y una gran agitación social en Rusia. Después de la Comuna de París, el panorama en Europa occidental se calmó por un tiempo, pero en Rusia la efervescencia continuó.
Volveremos sobre estos temas más adelante, pero ahora quiero preguntarte sobre tu libro sobre Lenin, Hegel y el marxismo occidental. ¿Cómo ha influido la obra del filósofo alemán en tus propios escritos?
Hegel ha sido siempre una influencia muy fuerte para mí debido a la existencia de algunas ideas que considero sumamente interesantes. Una de ellas es que Hegel a menudo es acusado de sostener un universalismo abstracto, pero en realidad se opone firmemente a ello. En el prólogo de la Fenomenología del espíritu, dice una frase famosa: «No necesitamos una noche en la que todas las vacas sean negras». Con esto, está señalando que no se puede tener un universal que lo abarque todo de manera tan amplia que termine homogeneizándolo todo. Este comentario, de hecho, era una crítica a Schelling, su antiguo camarada. Cuenta la anécdota que Schelling, al enterarse del prólogo, escribió una carta a Hegel preguntándole si realmente iba dirigida a él y pidiéndole que lo desmintiera de inmediato. Hegel nunca le respondió. Así que, para Hegel, lo universal debe particularizarse.
La segunda idea fundamental, y aquí entra mi perspectiva como socólogo, es que en sociología solemos estudiar las estructuras sociales. Leemos a Durkheim, a Marx y a Bourdieu, y nos concentramos en los sistemas. Pero, ¿dónde está la resistencia? ¿Dónde está el sujeto? ¿De dónde surge el cambio? Hegel nos ofrece una formulación maravillosa: debemos ver el mundo no solo como sustancia, sino también como sujeto. Estas son dos de las ideas más importantes que absorbí de joven. Me eduqué en Hegel a través de una corriente de pensamiento que se interesaba en las luchas de las minorías étnicas y el movimiento feminista, entre otras.
Otra de tus influencias es la filósofa ruso-estadounidense Raya Dunayevskaya. ¿Cuál consideras que fue su principal aporte para comprender a Marx? ¿Podrías explicar el concepto de humanismo marxista?
Su aporte comenzó como una teoría del capitalismo de Estado en la época del estalinismo, pero luego se generalizó hasta plantear la existencia de una tercera fase del capitalismo. En el modelo leninista, primero estuvo la etapa competitiva, luego la monopolista, y la tercera sería la del capitalismo de Estado, que abarca desde el estalinismo y el nazismo hasta el moderno Estado de bienestar liberal.
Con el descubrimiento de los Manuscritos económicos y filosóficos de 1844 de Marx en los años 40, el debate se amplió hacia el humanismo. En la era del capitalismo de Estado, con el desarrollo extremo del mercado, surgen fenómenos como el totalitarismo, el fascismo y las armas nucleares. Como resultado, ya no se trata solo de la lucha del proletariado, sino de toda la humanidad, que enfrenta una situación catastrófica. A partir de este momento, se empezó a buscar aliados para la lucha de la clase trabajadora. En Estados Unidos y Reino Unido, la población negra tenía un papel muy activo, entre ellos muchos obreros, pero otros no. Los jóvenes también se convirtieron en una fuerza social desde los años 50 y, por supuesto, en los 60. El movimiento de mujeres también tomó impulso, especialmente porque durante la Segunda Guerra Mundial muchas tuvieron que incorporarse al trabajo ante la ausencia de los hombres.
En cuanto al movimiento obrero, nuestra tradición fue siempre muy crítica con la burocracia sindical. Durante la Segunda Guerra Mundial, ésta logró consolidarse como un actor clave en la negociación con el poder. En aquel momento, el presidente Roosevelt reunió a los líderes sindicales con los de General Motors y les dijo: «Tienen que trabajar juntos para ganar la guerra. Dénse la mano». Y así, se estableció un acuerdo: los sindicatos no harían huelgas y, a cambio, los empresarios les concerían aumentos salariales y mejores condiciones laborales. Elllo solidificó el papel de la burocracia sindical, que con el tiempo se convirtió en una fuerza relativamente conservadora. No obstante, este proceso también despertó tendencias democráticas dentro del movimiento obrero.
A esto se sumaron los avances tecnológicos, particularmente la automatización, que estaba siendo combatida por la clase trabajadora. Pero no solo los empresarios o los sociólogos burgueses promovían la automatización, sino también la propia burocracia sindical, que veía con escepticismo la resistencia de los obreros, como si fueran luditas. Se argumentaba que la automatización generaría nuevos empleos, pero en la práctica lo que trajo fue despidos masivos. Y esto sigue ocurriendo hoy con la inteligencia artificial: es la décima versión de este mismo proceso. Además, la automatización ha intensificado la alienación del trabajo. En muchas fábricas, los trabajadores repiten los mismos movimientos una y otra vez, sin espacio para la creatividad o la autonomía. Esto agrava la enajenación laboral, un fenómeno que Marx ya había descrito hace más de un siglo.
De Marx y la imaginación al centenario de Lenin, que se celebra el próximo año. Estás trabajando en cuestiones sobre las sociedades no occidentales, el nacionalismo, el colonialismo, etc. ¿Cómo crees que los principios de autodeterminación y antiimperialismo de Lenin están presentes en Marx? ¿Cuáles de estas características ya estaban en Marx y cuáles siguen vigentes hoy en las luchas de lugares como Palestina o aquellas que combaten el colonialismo en todo el mundo?
Bueno, en la época de Lenin, los escritos de Marx sobre Polonia e Irlanda fueron muy relevantes. Siempre apoyó estas luchas, pero su importancia se volvió crucial durante la Primera Guerra Mundial, cuando el imperialismo alcanzó su máximo esplendor. En los primeros años de la guerra, el proletariado no se oponía de manera significativa, pero Irlanda protagonizó un levantamiento nacional temprano, en 1916, cuando la guerra todavía duraría dos años más. Lenin se entusiasmó con este acontecimiento, en contraste incluso con Trotsky, quien al principio lo desestimó como un movimiento pequeñoburgués nacionalista y más tarde desarrolló una posición un poco más matizada.
En cuanto a la actualidad, hubo un período entre 1945 y 1979 en el que se produjeron muchas luchas de liberación nacional: Zimbabwe en 1979, Ghana, Tanzania, la Revolución Cubana alrededor de 1960, los Sandinistas en Nicaragua. Sin embargo, con la caída de la Unión Soviética, el discurso cambió. Se empezó a decir que el nacionalismo era algo negativo, que conducía al racismo y contribuía a sostener el capitalismo. Recuerdo un congreso donde una socióloga muy famosa, cuyo nombre ahora no recuerdo, afirmaba eso mismo. Le respondí: "Perdón, pero todos aquí apoyamos la causa palestina. ¿No es eso una cuestión nacional?". Y ella admitió que tenía razón. Lo mismo ocurre con los kurdos o con los zapatistas, que siempre se han identificado con el EZLN, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, y que han contado con un apoyo universal.
Hablando de liberación nacional, me interesa la intersección entre lucha de clases y lucha nacional. ¿Cuáles crees que son los ejemplos más relevantes en la actualidad? Por ejemplo, en Palestina, ¿se trata de una lucha de clases o de una lucha de liberación nacional?
Ahora mismo, los casos más importantes son Ucrania contra la invasión rusa y Palestina. Ninguno de estos movimientos tiene una fuerte dimensión socialista o basada en el conflicto de la clase trabajadora contra el capital, pero debemos apoyarlos, aunque de manera crítica. Luego están grupos como los kurdos en Siria, que tienen una orientación más izquierdista. No quedan tantos movimientos de este tipo hoy en día. En Europa, el independentismo catalán también tiene una inclinación progresista. Otros ejemplos son los uigures en China. La izquierda debe apoyar estas luchas porque representan demandas democráticas. No obstante, es importante diferenciar entre movimientos como Hamas o algunos sectores uigures, que pueden no ser progresistas, y otros como los kurdos, que sí lo son.
En Europa hemos visto movilizaciones importantes, como los referéndums en Escocia y Cataluña. También hay otros casos menores, como el de Córcega.
Tienes razón. Fue un error no mencionar el caso escocés, que también representa un buen ejemplo de nacionalismo de izquierda. El nacionalismo irlandés, por su parte, siempre ha tenido un fuerte componente progresist. Es significativo que, hoy en día, los dos países europeos que más apoyan a Palestina sean España e Irlanda. Esto no es una coincidencia: ambas naciones tienen una profunda comprensión de la opresión nacional.
Engels, por ejemplo, hablaba de "pueblos sin historia".
Sí, pero eso fue en su etapa temprana y es un error derivado de su heguelianismo. Marx, por su parte, escribió una crítica mordaz de la filosofía del derecho de Hegel y probablemente no pensaba mejor de su filosofía de la historia, de donde proviene esa idea de «pueblos sin historia». Mi mentor decía que cuando Hegel era más abstracto y menos conectado con la política concreta, era cuando resultaba más revolucionario. No era el único. En la universidad tuve profesores que defendían la revolución en la historia, pero no apoyaban los movimientos de su tiempo que la llevaban a la práctica. Como muchos intelectuales, eran radicales en la teoría, pero conservadores en la práctica.
Para terminar, ¿cuál crees que es la conclusión más importante al hablar de Marx, la cuestión nacional, la etnicidad y el nacionalismo hoy en día?
Millones de personas han salido a las calles por Palestina y, antes de eso, por Black Lives Matter. Si les dices que Marx no habló sobre racismo o colonialismo, pierden todo su interés en este gran teórico. Pero lo importante es señalar que Marx no solo abordó temas como el colonialismo o la etnia, sino que los vinculó con los conceptos fundamentales de clase y capital sin caer en reduccionismos
* Esta entrevita tuvo lugar en Londres en noviembre de 2023, en el marco del Congreso Historical Materialism.