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Éric Hazan: Amigo, camarada, editor

Eric Hazan falleció el 6 de junio de 2024. Tariq Ali reflexiona aquí sobre su vida de compromiso político y creatividad intelectual.

Tariq Ali 7 junio 2024

Éric Hazan: Amigo, camarada, editor

Ayer por la mañana, en un día que solía ser feliz (el cumpleaños de mi difunto padre), recibí una triste noticia. Un amigo de París me llamó para informarme de que Éric Hazan había muerto. Siempre es una conmoción, aunque yo sabía muy bien que en los últimos años padecía una enfermedad. En una de esas ocasiones, había perdido las ganas de vivir. Stella Magliani-Belkacem, su sucesora en La Fabrique Editions (la editorial que Eric fundó en 1998) con Jean Morisot, me pidió que le escribiera una carta para que ella se la leyera, instándole a no rendirse. Así lo hice. Las súplicas de muchos otros reforzaron nuestra insistencia colectiva para que no muriera todavía. Le hicieron darse cuenta de lo necesario que era y de que, a pesar de su rudeza e irascibilidad (sobre todo con sus enemigos), tenía libros que escribir, promesas que cumplir y dejar de vivir era egoísta. Se recuperó hasta cierto punto.

Curiosamente, acabo de terminar de leer su último libro, Balzac, Paris (La Fabrique, 2018) y pensaba enviarle una nota ayer. Pero se ha ido, dejando tras de sí un maravilloso texto breve, continuando su interminable historia de amor con su vieja ciudad y la locura en la que se ha convertido. Era esa historia la que nunca le abandonaba. Nunca olvidaré cómo, un día de hace muchos años, me acompañaba a un acto en una librería de la orilla izquierda en el que iba a presentar mi libro sobre Iraq que La Fabrique había traducido al francés. Llegábamos tarde. Durante el trayecto, me contó maravillas de las calles y edificios que aún quedaban allí: «Ah. Eso era el Club Jacobino». Cómo no detenernos a dar una pequeña charla. «Sí, y antes estaban los Cordeliers. Camille Desmoulins». La presentación empezó tarde, pero mis conocimientos sobre la ubicación y la arquitectura de los clubes revolucionarios franceses se multiplicaron por diez. Incluso él se dio cuenta de que ya estabamos demasiado lejos para visitar la Place de la Concorde, donde antaño se situaba la guillotina principal, una referencia sobre la que, más recientemente, los Gilets Jaunes volvieron a llamar la atención de la burguesía francesa. ¿Alguien rodó con él una película sobre las calles del viejo París y su historia? Espero que así fuera, con su tan intenso conocimiento de la ciudad.

Éric Hazan era cirujano de formación. Su padre era un distinguido editor de libros de arte y, la primera vez que conocí a Éric (creo que en 2002), algunos de aquellos antiguos libros estaban en su salón. Había de todo, menos volúmenes de decoración: autores inteligentes, bellamente producidos.

—¿No estuviste tentado de continuar?

—No. No tenía suficientes conocimientos. Se lo vendí a alguien que sí sabía y con el dinero fundé La Fabrique. La fábrica. Pero el fordismo no era el modelo elegido. Es más bien un taller artesanal. Produce sistemáticamente entre diez y una docena de libros al año. –El instinto de Éric hizo la elección en aquellas primeras décadas y estableció la editorial como una presencia radical y animosa en París.

Me di cuenta de que el titular de la necrológica de Le Monde de ayer se refería a él como un editor de «extrema izquierda». A él no le habría importado. Ciertamente, estaba en la extrema izquierda de la Revolución Francesa. Pero lo que hace que algunos títulos de La Fabrique parezcan de ultraizquierda es el dominio casi absoluto de la cultura francesa por el centro. En realidad, lo que Hazan hizo fue dar cabida a voces ahora apagadas por el conformismo que asfixia al país. En la época de la editorial homónima de François Maspero, muchas casas editoriales mainstream luchaban con uñas y dientes por conseguir algunos de esos libros. Pero ya no. Gran parte de lo que hoy se considera publicación «radical» es bastante seguro, irrita a unos pocos, pero no ofende a nadie. «¿Por qué molestarse?», preguntaba a menudo Éric. A menudo hablaba conmigo del colapso de la izquierda francesa y del cambio de lo que una vez fue una distintiva cultura marxistizante en una versión gala del atlantismo, rancia y aburrida.

Detestaba a los «intelectuales» fabricados por los medios de comunicación y sus payasadas. Y parte de este odio se reflejó en su último libro. En particular, las descripciones del extremo desagrado de Balzac tanto por el «reinado de abogados, banqueros y periodistas» bajo los últimos Borbones como por el régimen posterior a 1830 que siguió al colapso de Luis Felipe. El novelista escribió sobre los sucesores: «La sociedad a gran escala ha sido demolida para hacer un millón de pequeñas sociedades a imagen del difunto. Estas organizaciones parasitarias revelan la descomposición; ¿no son el enjambre de gusanos en el cadáver?». Me imagino a Hazan sonriendo al insertar la cita en su libro y pensando en algunos de sus contemporáneos.

Sé que sus colegas le contaron que uno de ellos, Ernest Moret, que iba a asistir a la Feria del Libro de Londres en 2023, había sido detenido por la policía antiterrorista británica en la estación de St. Pancras y retenido mientras le confiscaban el ordenador y el teléfono, mientras se jactaban de haber podido hacer lo que era ilegal en Francia. El nombre de Moret había sido facilitado por sus homólogos franceses, que les advirtieron de que era un «extremista» que había asistido a recientes manifestaciones contra Macron. Un abogado británico, Richard Parry, de un bufete especializado en violaciones de los derechos humanos, consiguió sacarlo al día siguiente. La prensa se mostró en gran medida hostil a esta acción y La Fabrique adquirió cierta notoriedad en Gran Bretaña. La policía, preocupada por las reacciones, dio un paso atrás, llegó a un acuerdo extrajudicial y el jefe de policía envió una carta de disculpa a Ernest Moret, carta que llegó un día antes de la muerte de Éric y que le habría encantado:

 
Comandante Dominic Murphy
SO15 Mando Antiterrorista Centro de Operaciones Antiterroristas
Lillie Road
Londres
SW6 1TR 
 
5 de junio de 2024
Estimado Sr. Moret,
Re. Anexo 7 TACT 2000 Detención de Ernest Moret
Me dirijo a usted en calidad de Comandante del SO15, el Mando Antiterrorista del Servicio de Policía Metropolitana, en relación con un incidente que tuvo lugar en la estación londinense de St Pancras el 17 de abril de 2023. Este incidente dio lugar a que agentes fronterizos de mi mando hicieran uso de los poderes policiales previstos en los Anexos 7 y 8 de la Ley de Terrorismo de 2000, lo que dio lugar a su posterior detención.
Tengo conocimiento de que su reclamación en relación con estos hechos se ha resuelto sin necesidad de ulteriores recursos legales. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para ofrecerle mis más sinceras disculpas por su arresto y detención y por cualquier angustia que haya sufrido como consecuencia de ello.
Los ciudadanos esperan, con razón, que el uso de las competencias policiales se estudie siempre detenidamente y se utilice de forma coherente con los derechos individuales y el interés público general. Seguimos plenamente comprometidos a garantizar que estos poderes se utilicen de forma proporcionada y responsable. Si bien el MPS se esfuerza constantemente por mantener los más altos niveles profesionales, el nivel de servicio que proporcionamos ocasionalmente cae por debajo de ese nivel. En esta ocasión, el nivel de servicio no cumplió con los altos estándares que esperamos y me comprometo a garantizar que se aprendan las lecciones de este incidente.
Atentamente, 

Dominic Murphy QPM
Comandante del Mando Antiterrorista 

* * *

Hacia el final de París de Balzac, el autor escribe:
«El único lugar del este de París que aparece varias veces en
La comedia humana es el cementerio del Père-Lachaise. En esas alturas presenciamos el famoso desafío de Rastignac al final de El viejo Goriot… y el entierro de la hija de Ferragus, cuyo féretro es seguido por doce desconocidos, cada uno en un carruaje cubierto de negro, hasta la cima del cementerio».
De una cosa estoy seguro. No habrá extraños y muchos más amigos que «doce desconocidos» cuando Éric sea enterrado y se una a los Comuneros y a muchos otros camaradas en el cementerio. Ese es el lugar más apropiado para dar el último adiós al historiador de la ciudad, un intelectual y orgulloso editor cuyas obras perdurarán durante mucho tiempo. No tiene igual.

Tariq Ali
6 de junio de 2024

 

Traducido por Simón Vázquez